21 de septiembre de 2011

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Nunca había creído en eso de que las personas que tienen mas cosas en común tiene mas posibilidades de ser felices juntas, de echo yo era partidaria de que los polos opuestos se atraen con una fuerza irremediable ,pero desde que coincidimos en pequeñas tonterías como querer irnos al mismo tiempo, querer llamarnos al mismo tiempo o que no nos pinte el mismo bolígrafo, estoy empezando a separar las casualidades, de las cosas que ocurren sin remedio alguno. Y es que hay veces que por mucho que queramos tiene que llegar alguien que nos rompa los esquemas y nos desbarate las creencias. Ese alguien que nos hace volar unos metros por encima de las nubes solo con saludarnos.