13 de septiembre de 2011

#5#

Lo que siento al estar los dos, acurrucados en mi sofá, sin hablar, solo haciéndonos caricias, mirándonos a los ojos cuando nos puede la necesidad de saber que estamos bien, a gusto, felices por estar ahí, así .Eso no lo cambio ni por todo el oro del mundo.

Tontas costumbres.

Me acostumbre a tu voz y ahora solo hay silencios.